La senadora Guadalupe Tagliaferri tiene varios elefantes de cerámica en su despacho. Son recuerdos de su paso por el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat porteño y de la demolición del “Elefante Blanco”, un antiguo edificio de 14 pisos ubicado en Villa Lugano. Fue un ícono de su gestión, por eso también guarda un ladrillo conmemorativo con el número 3. El número 1 lo tiene Horacio Rodríguez Larreta, su jefe político.

Tagliaferri es una de los doce voceros que el jefe de gobierno autorizó a hablar en nombre de su proyecto presidencial. Junto con Diego Santilli, Fernando Straface y Silvia Lospennato, entre otros, defienden la “ampliación” de Juntos por el Cambio y rechazan la polarización que promueven los “halcones” del PRO.

“Las reformas que necesita la Argentina no se hacen con la mitad más uno”, aseguró la senadora, en línea con el objetivo anunciado por el larretismo de lograr un consenso que represente al 70 por ciento de la sociedad. Aunque aclaran que no incluye al kirchnerismo.

También aseguró que si Juntos por el Cambio gana las próximas elecciones, los planes sociales no podrán ser eliminados el primer día de la nueva gestión. “Después de tantos años de pobreza estructural, la gente no consigue trabajo y deja el plan de un día para el otro”, resumió.

En diálogo con Infobae, Tagliaferri aseguró que JxC no debe cambiar su discurso tras el surgimiento de Javier Milei y desconfía de las encuestas que hablan de una “fuga de votos” por derecha hacia los libertarios.

— Juntos por el Cambio está atravesando tensiones internas que se manifiestan en críticas y reproches públicos entre sus principales referentes. ¿Cómo tomó los dichos de Morales sobre Macri? ¿Una parte del PRO está incómoda dentro de JxC y preferiría otras alianzas?

— La unidad de Juntos por el Cambio para mí es inquebrantable. Tiene figuras de enorme peso y dentro de Juntos por el Cambio siempre hemos sido parte de una diversidad. De hecho el mismo PRO es un espacio que se basa en la pluralidad de ideas. Nosotros lo que hemos mostrado es que tenemos un espacio que históricamente se ha sentado, y entre distintas opiniones, ha encontrado el punto de consenso. Tenemos claro a dónde queremos ir, cómo queremos ir, con qué valores, qué país necesitamos; un país con trabajo, con educación, con reglas claras, con consenso, con diálogo, con diversidad. No me preocupa que tengamos diferentes miradas sobre cómo analizar situaciones pasadas, sí me importa a dónde queremos ir y con quién no queremos ir, por ejemplo, con el kirchnerismo que no lee la realidad.

— ¿Cómo interpreta las reiteradas “marcadas de cancha” de Morales dentro de Juntos por el Cambio?

— Personalmente primero creo que es uno de los gobernadores de Juntos por el Cambio y es un referente de peso dentro del radicalismo. No de ahora, es un militante y dirigente radical de muchísimos años. Y además me parece que lo que está haciendo el radicalismo también es bueno, que es generar fortaleza. Juntos por el Cambio necesita un PRO fuerte, con vocería fuerte; una Coalición Cívica con vocería fuerte, con discusiones fuertes. Y el radicalismo está haciendo lo propio. Eso se vio en las elecciones del año pasado, cuanto más fuertes son los miembros de Juntos por el Cambio mucho más se potencian. Y además lo que viene a demostrar es que la única alternativa real, fuerte, potente, con presencia en todo el país, con actores de peso, de relevancia, con ideas claras para frenar al kirchnerismo en un proceso democrático es Juntos por el Cambio.

— El radicalismo ahora apunta, según ellos mismos dicen, a liderar la coalición, un rol como el que tuvo el PRO durante el gobierno de Cambiemos.

— Para mí son momentos distintos. En ese momento tenías una coalición electoral que después llevó a Mauricio Macri como presidente pero no fue quizás una coalición de gobierno. Yo creo que el proceso que viene pasando, durante estos años, es que nos encontramos con una coalición electoral que propone ser una coalición de gobierno para los próximos 30 años. Porque todos sabemos que la Argentina no se cambia en dos minutos, y de hecho las Fundaciones trabajan en conjunto. Dentro del Senado trabajamos en conjunto, no nos hemos quebrado nunca. Tenemos diferencias, obvio, pero no diferencias sobre si la educación es prioridad, por ejemplo.

— ¿Cómo viene el armado de este programa? En torno a un plan económico no es tan simple encontrar consensos. Por ejemplo, durante el debate de la ley de Alquileres una parte de la coalición quería reformar la ley y otros directamente derogarla.

— Es un buen ejemplo. Hay matices, pero estamos todos de acuerdo con que esa ley no sirve y que la gente necesita una respuesta. Entonces cuál es nuestra postura, nos sentamos y debatimos sobre los consensos que tenemos y empezamos a buscar los matices. Ahora, siempre tenés una base sólida de dónde partír que tiene que ver con cómo entendés la Argentina y cómo querés que la Argentina se desarrolle a futuro. Entonces después son matices. Ahora, todos los distintos economistas, las distintas miradas, quieren que Argentina produzca trabajo genuino, aumente la masa laboral en blanco, que la educación sea prioritaria.

— El kirchnerismo también acordaría con esos puntos, la cuestión es cómo se logran esos objetivos

— Pero no te lo muestran en la realidad, te cierran las escuelas y te abren las cárceles. Es más, todos saben, lo ha contado Santilli, que le dijo a Frederic (ex ministra de Seguridad): “Tengo llenas las comisarías de personas detenidas, necesito trasladarlas a las cárceles federales”. La respuesta de la ministra fue: “No detengas más gente”. Entonces, parecen enunciados pero cuando vos los bajás a la realidad: dos años las escuelas cerradas en la provincia de Buenos Aires donde podrían haber hecho obras, ahora hace frío y las escuelas se cierran. En cuanto a la economía, obvio que hay matices. Ahora, no hay una disyuntiva tan clara como que nadie pueda exportar. O vamos a crear mil impuestos más. Hay consensos básicos de la Argentina que necesitamos. Entonces generación de empleo, producción, ingreso de divisas, trabajo en blanco, ampliación de la base de la masa salarial para poder mejorar las jubilaciones. Discutir la necesidad de rever en términos de modernización de las cuestiones laborales. Acompañar a las pequeñas y medianas empresas.

— ¿Cuáles serían las cinco medidas que tiene que tomar rápido el próximo gobierno una vez que asuma?

— Como está gobernando hoy el kirchnerismo en dos minutos puede cambiar cualquier cosa. Lo que pueda decir que hay que hacer el 11 de diciembre del 2023 es como falso. Pero como condiciones necesarias necesitás una coalición tanto electoral como de gobierno inquebrantable, y en eso Horacio es uno de los que trabaja permanentemente. Yo trabajo en el Senado. Silvia Lospennato trabaja en Diputados. Somos varios los que tenemos esa convicción, incluso Morales, de que Juntos por el Cambio es algo que hay que mantener unido con las diferencias y matices. Después tener un plan de gobierno claro, consensuado. ¿Lo podés consensuar hoy? Se está trabajando en ese proceso. Hay un grupo de treinta economistas dentro de todo Juntos por el Cambio que están pensando y poniéndole cabeza. Yo te podría decir que necesitás que te ingresen divisas, necesitás generar condiciones para que el sector privado.

— Concretamente, ¿qué sería “generar condiciones”?

— Reglas claras. Es que a veces el kirchnerismo te lleva a un lugar donde estás discutiendo cosas que hace 200 años se discutieron en la Argentina. División de poderes, o sea reglas claras. Parece absurdo. Bueno sí, es obvio, ¿y qué estamos discutiendo en el Senado? La ampliación de la Corte Suprema. La modificación de la Justicia. El Consejo de la Magistratura. Entonces, cuando hablo de las condiciones básicas son: no me vas a aumentar los impuestos, o el papel que tengo que llevar es este, o si me decís que si incorporo una persona de un plan social voy a tener acompañamiento del Estado durante dos años, eso va a ser así y no me lo vas a cambiar a los dos días. Porque acá cambian las reglas de juego todo el tiempo.

— El tema de los planes es uno de los que puede generar más miradas diferentes dentro Juntos por el Cambio

— Primero hay que entender que lo que está atrás del plan social es una persona que no tiene trabajo porque el Estado en su conjunto no fue generando las condiciones para que haya trabajo. Si producís cosas para exportar pero tenés cerradas las exportaciones o si contratar a una persona significa una recarga impositiva imposible de sostener, bueno, entonces no lo voy a hacer. Ahora, respecto a los planes sociales yo creo en un Estado que tiene que estar presente. Cuando digo presente digo que tiene que cumplir sus funciones en términos de salud, seguridad, acompañamiento social. Tiene que ser robusto. Cuando te digo robusto significa que tiene que tener las herramientas necesarias. No significa ni grande ni chico, significa robusto. Significa presente. Significa eficiente. Eficaz. Es decir, si vos necesitas un plan social porque las condiciones de la Argentina hacen que el Estado tenga que acompañarte, yo creo que sí tiene que hacerlo. Pero de una manera distinta a la que hoy sucede. El Estado tiene que tener un mecanismo de conversación con vos en forma directa. No tengo que tener un intermediario que negocie y represente, vaya a saber con qué mecanismo, a un conjunto de personas que necesitan. Entonces primero no tiene que haber intermediación. Como es la AUH, o como es una jubilación. Segundo, tienen que tener un objetivo, tienen que ser temporales, tienen que estar acompañados con capacitación por parte del Estado.

— ¿Temporario serían seis meses, dos años o diez?

— No, no. Temporales pueden ser un año y medio. También tenés que ver si el país sigue sin tener condiciones de trabajo. Tenés que rever eso. Ahora, tienen que ser condicionados. Los chicos de las personas que tienen planes sociales tienen que ir sí o sí a la escuela. No hay discusión. Porque lo que vos tenés que lograr en definitiva es que los hijos de las personas que hoy cobran planes cuando lleguen a los 18 años no necesiten un plan social. Y para eso tenés que tener acompañamiento en términos de salud, en términos de escuela, formación laboral, una escuela que esté acorde a lo que necesita. El plan social porque sí no es nada, si no está acompañado de capacitación, de contención. Yo que vengo de Desarrollo Social en CABA, vos necesitás mirar el grupo familiar entero. Hoy en día viene un referente con un listado entero y vos no sabés cómo están los hijos, cómo está armada la familia, dónde van, dónde vienen. Cuando dan de baja el plan no sabés si es porque consiguió trabajo o qué pasó. En esa línea yo creo que tenemos que entender que después de tantos años de una pobreza estructural no es que de un día para el otro la gente consigue trabajo y pasa al sector formal y en condiciones de salario digno. Después si son seis meses o un año y medio es un matiz. Yo no veo a nadie dentro de Juntos por el Cambio creyendo que el día 1 hay que eliminar los planes sociales y que la gente esté en la calle sin tener para comer.

— La agenda pública está influenciada últimamente por el discurso de los libertarios. ¿Fue un acierto o un error excluir a Milei de JxC a través de un comunicado formal?

— Me parece que lo importante es que nosotros podamos decirle a la gente qué tipo de construcción política queremos hacer. Me parece que en ese documento está claro que nosotros creemos que es en base al consenso, en base al diálogo, que hay que ampliarse claramente porque las reformas que necesita la Argentina no se hacen con la mitad más uno. Ya lo dijo tantas veces Horacio que es obvio pero estoy convencida y lo creemos. Hubo muchos actores que han dicho si estuvo bien o no nombrar a una persona en especial. Me parece que lo importante de esa carta es mostrar que tenemos una forma de entender cómo necesita la Argentina la construcción política.

— ¿Cuál es la mejor estrategia para que JXC no tenga fuga de votos por derecha hacia los espacios libertarios?

— Yo creo que falta mucho para ver lo que la gente vota, sobre todo a nivel nacional. Falta un montón de tiempo con lo cual hay que ver qué es lo que va sucediendo en cada momento. Hay que entender lo que la gente siente. Y entender lo que la gente siente no significa analizarlo en términos de mi perspectiva. Es algo que uno aprende mucho en la política social, es la necesidad de la empatía. Entonces primero hay que hablarle a la gente realmente, entender lo que sucede, entender lo que les pasa, entender por qué hay tanta angustia. Y después mostrar claramente que para gobernar un país y para gobernarlo como queremos nosotros, con cambios estructurales que van a suceder a un presidente de Juntos por el Cambio, se van a necesitar políticas de Estado de varios mandatos presidenciales. Porque además uno está convencido de lo que hay que hacer, y en el caso de Horacio la forma en que hay que hacerlo y cómo tenés que ampliar. Y así lo hicimos en la Ciudad. Vos no te podés correr o cambiar porque hay otro actor que ingresa a la conversación electoral y cambiar tu forma de ser. Nosotros no somos eso. Otros serán eso, nosotros no. Si uno está convencido de que es con diálogo, es con consenso y es a largo plazo no importa quién entre a la noticia del momento. Si cambiás, entonces no estabas convencido, era una estrategia. En el caso nuestro es convencimiento.

— Una parte del PRO y una parte del radicalismo endurecieron su discurso. Tal vez entienden que es una forma de contener la fuga de votos.

— Sí, la verdad primero que, con muchísimo respeto hacia la profesión del periodismo, no sabemos qué fuga de votos. Nosotros tuvimos una elección el año pasado que fue histórica para Juntos por el Cambio.

— Entonces no es el periodismo, son las encuestadoras.

— El 11 de diciembre del 2019 estábamos muertos, habíamos desaparecido. Y Juntos por el Cambio no se partió. Se mantuvo unido en el Senado y en Diputados. Se amplió. Fuimos a las PASO en casi todo el país. Nos potenciamos enormemente. Ganamos más provincias. Ganamos más senadores. Ganamos provincias que históricamente no habíamos ganado. Y no ha habido nuevas elecciones, con lo cual lo de fuga de votos lo veremos en el momento en que haya votos.

— En un contexto donde la crisis interna del Gobierno adelanta la carrera electoral …

— Estamos en modo electoral desde el día siguiente a las PASO. Es una locura.

— ¿Por qué Rodríguez Larreta no anuncia su candidatura presidencial?

— Primero porque quién va a ser el candidato de Juntos por el Cambio lo va a decidir la gente.

— El candidato final.

— Por eso, el candidato de Juntos por el Cambio lo va a decidir la gente.

— Está bien, pero los precandidatos se postulan ellos mismos.

— Primero, porque no es momento, porque la gente no quiere escuchar eso y Horacio está obsesionado con gestionar y con que Juntos por el Cambio tenga un plan, y con que sostengamos esta unidad inquebrantable. Horacio ya ha dicho en otros momentos que desde chico quiere ser presidente de la Argentina. Y hoy te diría que Horacio entiende que además hay que ser un buen presidente. Y para ser un buen presidente necesitás todo lo otro. Entonces hoy es momento de gobernar la Ciudad, consolidar y seguir trabajando por la unidad.

— ¿Cree que durante este año y medio antes de las elecciones se va a profundizar la lógica de la polarización?

— La grieta es un invento del kirchnerismo y, como digo siempre, en la grieta no vive la gente. Viven los políticos. Es ese mecanismo del kirchnerismo como única forma de identidad propia y no una identidad propia en base a ideas y valores. Para mí el enfrentamiento más terrible es al interior del Gobierno, del Frente de Todos. La gente no te pregunta si Cristina y Alberto se quieren, no sabe ni de la carta de Morales a Macri. La gente necesita saber si llega a fin de mes. Le importa tres cuernos quién está en el billete de $1.000.

— ¿Cómo vio la salida de Matías Kulfas del Ministerio de Producción?

— Sorprendida. Primero me pareció durísimo el nuevo imperativo de Cristina maltratando al Presidente en forma pública como cosa reiterada. Me sorprende, no logro entender ese nivel de agravio o ese nivel de tensar permanentemente, de no importarle absolutamente nada y retarlo en público. Lo que me preocupa es lo que dice supuestamente esta carta en off, o sea, si estamos de nuevo hablando de una intención de redirigir o dirigir deliberadamente una obra tan relevante como el gasoducto, que además lleva tantos y tantos años de atraso.

— ¿Cómo ve a la oposición en el Congreso?

— A la oposición en el Congreso la veo consolidada. Con potencia. Con ganas de dar esos debates. La verdad que, de nuevo, tuvimos una elección que nos permitió sobre todo en Diputados poner temas de conversación en la agenda que antes no se podían debatir. En las pocas sesiones que ha habido en el Senado el kirchnerismo ha logrado conseguir en conversaciones el quórum. Lo tiene que construir. Es un gran paso. Antes directamente nosotros podíamos no bajar al recinto y hacían lo que querían. Hoy tienen que construir el quórum. Y siento que no cualquier tema les pasa, de hecho por eso hay temas que no vienen directamente acá al Senado porque no les pasan. Yo veo una oposición con ganas de dar la discusión que quiere la gente y ponerle un freno al kirchnerismo.

Por Federico Millenaar

Entrevista publicada en Infobae el sábado 11 de junio de 2022.

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