“El Gobierno de la Ciudad no tiene respuesta ni para que los trabajadores con vocación y voluntad hagan su tarea ni para con el vecino”, dice Tagliaferri.

Se vienen las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires -serán el 18 de mayo, en poco más de 40 días- y habrá muchas cosas para mirar. Sin PASO, serán como una especie de elección general y una interna al mismo tiempo. Sobre todo porque todos los espacios van divididos. El peronismo, los libertarios y, también, el PRO, con la lista oficial de Silvia Lospenatto; la de Horacio Rodríguez Larreta, acompañado por Guadalupe Tagliaferri y con el bullrichismo inserto dentro del esquema de LLA, en la lista que lidera el vocero Manuel Adorni.

En el marco del encuentro anual de Masters Argentina, realizado en la Universidad de Columbia en Nueva York, El Economista dialogó con la larretista Guadaulpe Tagliafferri.

Luego de Larreta y Tagliaferri, la lista “horacista” se completa con Emmanuel Ferrario, Melisa Balbi y Jorge Telerman, que estará en el quinto puesto de la lista.

La ex ministra de Ministra de Desarrollo Humano y Hábitat y actual senadora por la Ciudad de Buenos Aires habló de las elecciones y, antes de eso, del reciente rechazo al pliego de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla en la Cámara Alta.

Finalmente, se trataron los pliegos de los jueces propuestos por el Gobierno para la Corte. ¿Cómo te sentís después de que se pudo realizar esa sesión? ¿Aliviada?

-Me siento conforme. No hay ningún tema de tanta relevancia como la Corte Suprema. Y yo me siento conforme porque lo que se pudo poner por encima de la discusión político-partidaria y la chicana es que la Constitución hay que respetarla. Permitir designar jueces por decreto era correr un poco los márgenes de lo que se permite. Cuando vos lo corres una vez parece como excepcional pero habilitás a que pueda ser reiterado. Si antes nosotros éramos muy críticos todas las veces que el kirchnerismo torcía y forzaba la Constitución, ese mismo argumento vale ahora para el Gobierno actual. No es que uno debe permitir que la Constitución se fuerce según si el que quiere romper las normas quiere hacer algo que a mí me gusta. Se defiende siempre. Y yo me siento muy conforme que eso lo hayamos podido hacer.

Vos mencionaste en tu discurso que te gustaría que sea una mujer nominada a la Corte. Obviamente hay muchísimas juristas y abogadas buenas en Argentina. ¿Estabas pensando en alguna en particular?

-No, ninguna en particular porque si no parecería como que tengo vocación por una en especial. Y tampoco me interesa una que piense como yo. Yo creo que una Corte Suprema que tenga pluralidad de interpretaciones de la Constitución. No me molesta si es conservadora o no, o si tiene esta mirada o aquella. Lo que tiene que haber es una interpretación plural de la Constitución. Y para eso tiene que haber jueces varones, jueces mujeres, conservadores, progresistas, académicos de distintas provincias del país. Eso pido.

¿Por qué se tardó tanto en analizar los pliegos en el Senado?

-No se tardó tanto en analizar los pliegos. Yo hice el racconto el otro día. Una vez que ingresaron los pliegos se cumplieron con los plazos administrativos, la participación de la ciudadanía, las impugnaciones. Se acordó con los candidatos y con el resto de los senadores y con la casa la fecha de las audiencias. Se puso fecha, que fue en junio. No pasaron 25 años. Hay un periodo de impugnaciones grande. Y después no hubo consenso político. Si vos no tenés nueve senadores que te firmen el dictamen, no es porque se tardó en evaluar. Es porque no estaban dadas las condiciones. Y si después no fuiste a recinto rápidamente con el de Ariel Lijo, por ejemplo, fue porque no estaba garantizado que iba a salir aprobado. De hecho, antes de que lo nombraran por decreto, Lijo tenía fecha de sesión en el Senado. Y por un acuerdo de todo el sistema político, incluido el Gobierno, cuando vieron que no iba a tener los 48 votos, se decidió conjuntamente, entre todos, suspender esa sesión. Porque hay una cortesía lógica que es que no rechazás a dos personas en el pleno. Lo dijeron los senadores, pero Mauricio Macri cuando quiso mandar a Inés Weinberg de Roca, nunca tuvo los votos, entonces nunca fue al recinto. Con Cristina, pasó lo mismo con Daniel Rafecas y Roberto Carles…Como lo dijo una vez (Miguel Angel) Pichetto hace poco, nadie lleva al recinto una ley para que se la volteen.

Se dice que la elección porteña que se viene es la más importante de los últimos años. Están todos los reflectores ahí, hay muchos candidatos y, además, por una cuestión de calendario es lo primero que se viene…¿Cómo van a evitar que se nacionalice eso y poder mantenerlo en el ámbito de los asuntos porteños para lo que laburan los legisladores?

-Lo dijiste muy bien. Es una elección muy importante. Es ahora mismo y es la primera del periodo de medio término de este Gobierno. Y nosotros vamos a hablar de los problemas de los porteños porque es lo que nos preocupa y es lo que se va a elegir. Por alguna razón el jefe de Gobierno actual convocó las elecciones para mayo y es claramente para debatir los problemas de los porteños. Nosotros vamos a hablar de eso. Yo creo que los porteños y las porteñas por lo general votan por los intereses locales, sobre todo cuando eligen legisladores. Después obviamente va a estar instalada la voluntad de plebiscitar la gestión del actual Presidente. Pero lejos estamos de eso. Estamos hablando de que no tenés forma de tirar la basura porque los tachos están llenos. O que no hay una respuesta a la gente en situación de calle, que la Ciudad huele a pis, que no te están construyendo una sola escuela o que vas a una comuna y no te responden. Vamos a discutir eso porque la discusión es legislativa.

Larreta gobernó hasta no hace mucho: un año y cuatro meses. ¿Qué explicación le encontrás para que, a tu juicio, la Ciudad se haya deteriorado tanto en tan poco tiempo?

-La falta de gestión. La poca convicción sobre la gestión. El desconocer, primero, la gran cantidad de equipos de trabajo que estaban durante muchos años y que apenas asumió el actual jefe los corrió. De no acompañar a los trabajadores y trabajadoras. Yo trabajé en el Ministerio de Desarrollo Humano. Lo mejor que tenía ese ministerio, lo mejor, es el recurso humano. Lejos. Son los que ponen el cuerpo a la noche. Tenés que acompañarlos. Es con gestión, es con planificación, es con acompañamiento. Es que si tienen un problema te llaman y haya respuesta. El Gobierno de la Ciudad actual no tiene respuesta ni para que los trabajadores con vocación y voluntad hagan su tarea, ni para con el vecino. Porque descreen de eso. Hay problemas de seguridad. Donde antes había un policía, hay un tótem. Eso te lo grafica. Antes había un policía, un ser humano que veías, que recorría la zona, y ahora hay un palo, un poste. No digo que no estén mal los postes, pero no es la respuesta. La respuesta es el policía en la calle. Controlado, acompañado y cercano al vecino. Bueno, si no tenés gestión, se deteriora rápido. La ciudad tiene tres millones de habitantes, entran otros tres millones de habitantes. Si vos no estás todos los días sobre el tacho de basura, en dos minutos se te llena.

-Hagamos un ejercicio. ¿Cómo hacés para explicarle a un extraterrestre la diferencia entre el larretismo, el bullrichismo y el macrismo? ¿Es de fondo, de formas? ¿Es algo, digamos, permanente? ¿O puede llegar a una confluencia más adelante?

Me parece que esas divisiones las necesitamos los políticos o los periodistas para poder entender cada uno de los movimientos. Me parece que lo que a la gente le preocupa o le inquieta o vota es quién defiende lo mismo que defendió siempre. Yo voté al PRO siempre, y el PRO es gestión, el PRO es república, el PRO es trabajo incansable, el PRO es la no agresión. Bueno, ¿quién hace todo eso? ¿Quién proponía eso? ¿Y quién sigue preocupado por cada uno de los minutos que no pasa la recolección de basura? ¿O cómo hacemos para que todas las escuelas podamos seguir ampliando la cantidad de aulas? Bueno, eso es el PRO, eso hicimos nosotros con Larreta, y eso es lo que estamos proponiendo ahora. Después me parece que son divisiones de cada uno. ¿Yo, que juntaba firmas en Acoyte y Rivadavia para que pudiéramos tener un partido y presentarnos a las elecciones, no soy del PRO? Sí, yo soy PRO también. A mí nadie me puede decir que no.

-¿Va a haber muchos pases de facturas internos en estas elecciones?

-Pero me parece que es irrelevante. La gente es la que va a darse cuenta quién representa los valores históricos del PRO. Nosotros ganamos en el 2019 con el 54% de los votos en primera vuelta. Te puedo asegurar que esa enorme cantidad de gente no era toda afiliada al PRO. Lo que se valoraba es la gestión, el consenso, la preocupación de los temas del vecino, el método que lo que decías se hacía y que la obra la veías. Todo eso, la gente lo votó con 54% de los votos, y ganamos en primera vuelta. Nunca antes había pasado. Podemos volver al futuro. Podemos volver a esa ciudad que existía hasta hace muy poquito.

¿Electoralmente hay alguna chance de que, pasada esta instancia electoral, y con miras a la elección nacional de octubre, haya un acercamiento, quizás no con el bullrichismo, pero sí con el oficialismo porteño?

-No sé, hay que dar esta discusión ahora. Cualquier especulación que yo haga respecto a eso nos saca el foco de lo importante, que es resolver los problemas de los porteños ahora el 18 de mayo. Nosotros estamos ofreciéndonos para recuperar eso que hace muy poquito teníamos. ¿Con quién? Con Larreta. El tipo que lo hizo durante ocho años, que ganó en primera vuelta, que sabe lo que es gestionar, que conoce cada rincón de la ciudad. O sea, me parece que es lo que está discutiendo ahora. Para lo otro falta un montón.

En la fallida campaña presidencial de Larreta en 2023 el decía que la grieta quizás sirve para ganar elecciones, pero no para gobernar. Habalaba mucho del consenso. Fue un discurso que no logró la adhesión electoral esperada. ¿Vos creés que ese discurso podrá encontrar más receptividad a futuro? Sobre todo teniendo en cuenta que ya se conoce el estilo de Milei. En 2023, eran presunciones…

-De acá a octubre nadie sabe ni siquiera qué va a suceder. Falta un montón para 2027. Lo que sí creo es que la Argentina de 2027 será, inevitablemente, distinta a la de 2023. Completamente distinta, aunque tampoco sabemos cómo va a ser.

Además del olor a pis, ¿cuáles son los otros problemas que tiene la Ciudad?

-El olor a pis no es ni de izquierda ni de derecha, no es Milei, ni es Macri, ni es Cristina. El olor a pis está y hay que resolverlo. Y eso fue lo que hicimos nosotros con Larreta durante toda la gestión. La plaza no era de un partido político, era de los vecinos. La recolección de basura es de los vecinos. La atención en el 147 es de los vecinos. No es una cuestión ideológica. Y hay que volver a ese lugar. Vamos a plantear eso, acompañado con un montón de propuestas que las va a terminar de informar Horacio. Vos tenés que poder volver a tener el esquema de control y de participación y de seguimiento de la policía. Tenés que tener a los policías en la calle. Tenés que tener nuevamente un 147 que te conteste y te dé respuesta, no solo que te atienda. Tenés que poner el ojo de nuevo en la educación. No para destrozar lo que se hizo, sino para seguir mejorando. ¿Cómo mejoramos las herramientas de los docentes para trabajar? Tenés que hacer el soterramiento del Sarmiento. Dale. Nosotros no lo hicimos porque el Gobierno nacional del amigo de Leandro Santoro cortó absolutamente toda la posibilidad, pero hay que hacerlo inevitablemente.

-¿Qué sentiste el otro día en el acto de inicio de la campaña en el Planetario, donde estaban los Macri, Vidal, Lospenatto, con los globos, el baile, la música de Chano…

A mí me genera tristeza cómo perdimos la responsabilidad, la vocación, el amor por resolver la vida de los porteños. Eso es lo que a mí me generó tristeza. Desde el día uno decir, ‘che, ¿qué está pasando?’. Que el encargado de mi edificio me diga ‘Guadalupe, no vino más el policía por acá, antes estaba siempre, ¿puede hacer algo?’. A mí me genera angustia esa situación. ¿Y sabés qué me genera preocupación? ¿De qué se ríen tanto? ¿Qué celebran? ¿Qué gestión están celebrando? Me parece como una imposición a algo que la gente no está viendo. Me genera angustia que se hayan olvidado de los vecinos. ¿De qué se ríen tanto? ¿Por qué no se están preocupando de los problemas de los vecinos?

Por Alejandro Radonjic

Fuente: eleconomista.com.ar

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